En un momento en el que debemos alegrarnos al celebrar la Pascua, las fiestas de este año nos traen circunstancias excepcionales, la Vía Dolorosa está vacía, los cantos de las celebraciones del Fuego Santo han quedado silenciados, y la Iglesia del Santo Sepulcro se encuentra cerrada, debido al brote de la pandemia de Coronavirus, este enemigo oculto que ha paralizado todos los ámbitos de la vida.
Palestina vive dolor por partida doble, ya que la ocupación israelí continúa abusando de nuestro pueblo, viola nuestros Santos Lugares y restringe nuestra libertad de culto al asaltar la mezquita Al-Aqsa y al tratar de imponer su control sobre las propiedades eclesiásticas en Jerusalén así como en el resto de las tierras palestinas.
Es difícil y doloroso para nosotros en estos días ver mezquitas e iglesias con las puertas cerradas y exentos de sus fieles, solo los líderes religiosos pueden visitarlos para celebrar los ritos religiosos, de cuya participación la pandemia volvió a privar a nuestros hijos sin poder vivir la alegría de la fiesta, aunque nos damos cuenta de que todos estos procedimientos son solo una nube pasajera cuya finalidad es preservar la vida humana, la cual el Mensajero de la Paz nos llamó a preservar, ya que es nuestro activo más valioso. Creemos que la humanidad triunfará sobre esta pandemia y llegará un nuevo amanecer, así como Jesucristo triunfó sobre la muerte mediante su resurrección para la salvación de la humanidad, donde la vida triunfó sobre la muerte.
En esta ocasión, el Comité Presidencial Superior de Asuntos Eclesiásticos, representado por su presidente, S. E. el ministro Dr. Ramzi Khoury junto con sus miembros y personal, adora y reza al Todopoderoso, para que levante esta pandemia y proteja a nuestro firme pueblo palestino de todo daño, y nos conceda la unidad para trabajar juntos y enfrentar todos los desafíos gracias a nuestro apoyo, solidaridad y devoción hacia nuestro sabio liderazgo el cual ha puesto a disposición todas sus capacidades desde el primer momento a fin de enfrentar esta pandemia.
Mediante nuestra unidad y solidaridad, superaremos todos los desafíos y si Dios quiere, celebraremos el próximo año en Jerusalén, libre de la ocupación israelí, con creyentes llenando los patios de la mezquita Al-Aqsa y la Iglesia del Santo Sepulcro. Caminaremos por el camino de la Cruz y nuestros hijos llevarán ramas de olivo animando y cantando, donde celebraremos la liberación de Palestina y el triunfo de la justicia y la paz.
Felices Fiestas
Cristo ha resucitado… realmente ha resucitado