Es Navidad y lo celebramos con alegría, a pesar de los desafíos que tenemos ante nosotros. Me alegra ver a nuestros hijos cantando villancicos, con nuestro pueblo celebrando en los centros de las ciudades palestinas mientras cristianos y musulmanes encienden los árboles de Navidad y disfrutan de los desfiles navideños.
Estas celebraciones nos recuerdan el mensaje del nacimiento y el comienzo del camino de Jesús, la paz sea con Él por Jerusalén y Belén, lo cual es una fuente de inspiración espiritual y cultural y evoca los principios de una civilización radiante de dignidad humana, justicia y tolerancia.
Los ministros de cultura árabes eligieron por esta razón a la ciudad de Belén para ser la capital de la cultura árabe durante el año 2020. Esto coincide con la finalización de más de cinco años de trabajos de rehabilitación y restauración de la Iglesia de la Natividad que se encuentra en nuestra querida ciudad. Por primera vez en 600 años, los antiguos mosaicos y columnas de la Iglesia han sido restaurados a su gloria original llevándose a cabo un trabajo de restauración integral.
Aprovecho esta oportunidad para expresar mi agradecimiento a las Iglesias de Tierra Santa las cuales me han otorgado la responsabilidad de supervisar la rehabilitación y restauración de la Iglesia de la Natividad, labor que hemos llevado a cabo con éxito y de la cual estamos orgullosos.
En estos bendecidos días, recuerdo la visita de Su Santidad el Papa Francisco a Belén y Jerusalén así como sus oraciones por la paz y la eliminación de los muros.
También me complace extender mi más sincero agradecimiento, en nombre del pueblo palestino y en mi propio nombre, a Su Santidad el Papa Francisco por habernos proveído con la Reliquia del Pesebre de Cristo la cual será colocada de manera permanente en la Iglesia de la Natividad de Belén.
A pesar del sufrimiento, la injusticia y la opresión debido a la amarga ocupación militar israelí en nuestra tierra y nuestros Lugares Sagrados cristianos e islámicos, estamos decididos a celebrar la gloriosa Navidad y el año nuevo, con un mensaje de alegría y paz para el resto del mundo continuando nuestra pacífica lucha por la justicia, la dignidad, la libertad y la condición de estado para que nuestro pueblo viva en paz en su tierra y en la de sus antepasados.
Es un honor para mí como todos los años, participar en la Misa de medianoche que se clebrará en la Iglesia de la Natividad con nuestro pueblo y con millones de creyentes de todo el mundo, compartiendo nuestra esperanza de que 2020 sea el año en que concluya la ocupación y se logre la independencia del Estado de Palestina con las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como su capital a fin de vivir junto a todos nuestros vecinos en paz y seguridad.
Quisiera alabar el trabajo realizado por el Comité Superior de Asuntos Eclesiásticos del Gabinete Presidencial por su labor de fortalecer a pesar de todos los desafíos, la presencia cristiana en el Estado de Palestina
Feliz Navidad y felíz año nuevo